Leal, de Veronica Roth.

Después de este larguísimo periodo de tiempo en el que me he dado a mi misma un respiro en todo lo relacionado a la web, vuelvo con la reseña de un libro que cerró la preciosa historia que nos mostró Veronica Roth en Divergente (si aún no has leído Divergente, te invito a que leas la reseña en el blog haciendo click aquí). 

Sin más preámbulos, aquí está la reseña de esta esperadísima última entrega.

  Una sola elección te define.

La sociedad dividida en facciones en la que antes creía Tris Prior ha quedado hecha pedazos, fracturada por la violencia y las luchas de poder, y marcada por la traición. Así que, cuando tiene la oportunidad de explorar el mundo más allá de los límites que siempre ha conocido, Tris está más que dispuesta. Puede que, al otro lado de la valla, Tobias y ella descubran una nueva vida juntos m ás sencilla, libre de mentiras, lealtades confusas y recuerdos dolorosos. Sin embargo, la nueva realidad de Tris es aún m ás inquietante que la que ha dejado atrás. Lo que creían haber descubierto deja de tener sentido. Surgen verdades explosivas que hacen cambiar de opinión a sus seres queridos.

Editorial: Molino| Páginas: 496 | ISBN: 978-84-2720-686-1

 

Opinión Personal: Sin Spoilers.

Leí Leal el mes pasado después de esperar tanto tiempo por él y recuerdo cogerlo con muchas ganas. Cuando se trata de últimas entregas en las trilogías o sagas en general, disfruto de cada página a sabiendas de que no volveré a disfrutar de los personajes en ningún otro libro más y, para qué mentiros, odio los finales de saga. No sé por qué, pero creo que nos han creado un miedo tremebundo a los lectores respecto a esto y es que siempre pensamos "¿Quién morirá?" o "Espero que no muera mi personaje favorito" y, tratándose de Veronica Roth yo ya no sabía qué pensar. (Aunque en realidad sí, ya que cuando salió Leal en inglés, mucha gente empezó a leerlo y a comentar, libremente y sin molestarse en pensar en los demás, quién moría en el libro. Así que sí, en realidad me lo esperaba todo). 

En esta tercera y última entrega nos encontramos dos puntos de vista distintos, el de Tris y el de Tobias. Y, diciéndoos la verdad, no soy muy partidaria de este tipo de narración ya que siempre hay un personaje que me termina aburriendo soberanamente y el libro acaba perdiendo muchos puntos, aunque alguna vez tendría que llegar la excepción, ¿no?

 

En un principio, la historia no me estaba convenciendo del todo; iba demasiado lento, me costaba pasar página y hubo algo en especial que me irritaba bastante, y es que Tobias no era como yo pensaba. En las dos primeras entregas Tris tiene una visión de Tobias muy heroica y valerosa, como si él fuera perfecto y más que un hombre se tratara de uno de los Dioses Olímpicos. Mas, cuando nos adentramos dentro de su pensamiento, nos encontramos con una persona mucho más frágil de lo que parece, con pensamientos contradictorios e ideas que chocan bastante. Me encuentro con un Tobías cuya independencia comienza a ser cuestionable ya que constantemente vemos que depende excesivamente de otras personas a la hora de actuar. 

Y, como he mencionado antes, siempre hay un personaje que me acaba aburriendo y, a pesar de todo lo que he mencionado sobre Tobías, disfruté de ambas partes por igual, tan tan por igual que incluso hubo veces en las que confundía los personajes y tenía que volver a mirar quién narraba. Así que, lejos de restarle puntos al libro, en mi opinión, es un gran punto a favor el cambio de perspectiva. 

Ahora bien, hablemos de el gran porqué de las cosas. Hablemos de la forma en la que Veronica Roth explica la existencia de las facciones y hablemos, sobretodo, de los sentimientos encontrados que tengo al respecto. Mientras lo leía mi reacción fue la siguiente (sin exagerar):

No suelo poner gifs, lo sabéis, pero quería expresaros mi decepción con algo más que palabras. No estoy decepcionada por cómo fue porque, de verdad, Verónica tiene imaginación y la explicación está detallada y se desarrolla a lo largo del libro para que, los que son algo lentillos (como yo) lo entendamos a la perfección, lo que me molestó fue cómo se lo tomaron los personajes. Quiero decir que, si yo hubiera estado ahí, probablemente habría tenido una crisis existencial terrible y acto seguido habría tenido unas enormes ganas de acabar con todo el mundo. Pero claro, esa es solo mi opinión. El libro tenía que continuar. Y así fue. 

A partir de este punto la historia mejora y mejora hasta llegar a un punto en donde pasas páginas casi sin darte cuenta. A esas alturas de la historia yo ya me había acostumbrado a la personalidad de Tobías pero no me dejaba de indignar su forma de actuar. Por otro lado, Tris sigue en su línea, un personaje con una determinación increíble y digno de admirar y lo que hace en este libro, todos y cada uno de sus actos, han hecho que sea la protagonista de las protagonistas. Conocemos a más personajes secundarios que toman mucha importancia en la historia y aquellos que ya estaban la toman aún más. No tengo queja alguna al respecto ya que Verónica es una maestra creando personajes, todos con una gran historia detrás digna de admirar. 

Y ahora llegamos a las últimas cien/ciento cincuenta páginas. Cargadas de emoción (lo digo en serio, lloré mucho en esas páginas) y de acción sin parar. El final. Ese final que ha sido criticado hasta la extenuación. Ese final me ha parecido simplemente perfecto. Era exactamente lo que tenía que pasar y sí, es triste, pero los finales felices no existen y si existen, es una mera ilusión. Y qué decir del epílogo, esa escena tan simbólica, tan cargada de la esencia de Roth, esa esencia que le hace única. 

Concluyendo, Leal ha sido un libro que, a pesar de ser algo lento al principio, retoma el ritmo de los anteriores a medida que avanza la historia. Con un final para esta preciosidad de trilogía que o bien lo amas, o lo odias a muerte. Yo, por suerte, formo parte del primer grupo y no puedo estar más feliz y más orgullosa de decir que la saga Divergente es una historia que me marcó el corazón como ninguna otra.

5 de 5 estrellas en Goodreads.